Las empresas que crecen y se expanden son aquellas que han logrado mantener la eficiencia dentro de sus procesos. Muchos de los directivos se preguntan ¿cómo mejorar la eficiencia, calidad, seguridad y la organización de la operación sin descuidar la inversión?
A través de la mejora de la eficiencia, las organizaciones pueden mantener o incrementar los resultados de los procesos de negocio a un menor costo.
El método de las cinco “S” para aumentar la productividad forma parte del conocido método Toyota, cuyo origen se ubica en Japón, durante las décadas de 1950 y 1960, en plena expansión japonesa tras la Segunda Guerra Mundial. El método Toyota fue adaptado posteriormente en Occidente bajo el término inglés, Lean Manufacturing o la táctica Just In Time (JIM).
Con el modelo de las 5s, técnica de gestión basada en cinco principios simples, mejorar la eficiencia de las organizaciones resulta ser más fácil.
Las 5s son:
Organización (Seiri):
Consiste en separar los elementos que no son necesarios de los que sí en las labores diarias del trabajo. Los elementos que son necesarios deben permanecer siempre al alcance, mientras que los innecesarios pueden ser eliminados, donados o transferidos.
Orden (Seiton):
Permite mantener todos los elementos de trabajo en la cantidad y calidad necesaria en el lugar y momento adecuado, de tal forma que puedan usarse y devolverse a su sitio de origen sin ningún inconveniente.
Limpieza (Seiso):
Se debe incentivar la limpieza en el trabajo, al tiempo que se debe mantener todo en correcto orden.
Estandarización (Seiketsu):
Para seguir con esta fase las tres fases anteriores deben estar muy bien aplicadas dentro de la organización, pues esta “S” consiste en conservar los hábitos de orden y limpieza de tal forma que si algo se sale de control se pueda detectar y prevenir a tiempo.
Disciplina (Shitsuke):
La última “S” es quizás la más difícil de lograr, pues busca respetar y utilizar adecuadamente los procedimientos, estándares y controles desarrollados. Establece un control riguroso de todo el sistema y de acuerdo a los objetivos se hace una reestructuración en los procesos.
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Si la ejecución de los pasos anteriores se realiza de una forma adecuada, tanto directivos como colaboradores, lograrán tener un enfoque hacia los resultados, tomando decisiones estratégicas con una visión macro del entorno empresarial. La aplicación del modelo Toyota puede que no sea la receta mágica, sin embargo, sí creemos que es un buen referente para conseguir aportar más valor, eliminando los despilfarros existentes en nuestras organizaciones. Todos los agentes de la empresa son responsables de este reto: «…una dirección comprometida, una formación adecuada y una cultura que haga que la mejora sostenida sea el comportamiento habitual desde el taller hasta la dirección» (Liker, 2004, p.74). Recuerde siempre que una buena asesoría es indispensable para que todo funcione, por eso déjelo en manos de expertos.