Muchos se preguntarán qué tiene que ver el Business Process Management (BPM) con el fútbol, qué relación habría entre un aplicativo empresarial y un juego de alcance internacional, sin embargo, hay más relación de la que se cree.

La más obvia es el proceso como tal que en fútbol se traduce al partido. La pequeña diferencia radica en que los procesos pueden resultar un poco más complejos en las compañías. Así como en el fútbol todo partido es el resultado de un proceso en donde se analizan posiciones, roles de jugadores, estrategias de ataque y defensa, etc. Sin lugar a dudas, esto parece divertido, sin embargo, no garantiza el triunfo del equipo.

Antes de profundizar en el tema es importante explicar la diferencia entre el resultado de un proceso (el partido jugado), y el objetivo trazado en él (ganar). En los negocios pasa la misma situación, las organizaciones buscan unos resultados positivos, pero lo que anhelan no siempre está acorde a lo que planearon en los objetivos, y más aún en la estrategia.

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Esta situación nos devuelve al proceso como tal, porque al final este es el medio por el cual se cumple lo que se promete, de su correcto funcionamiento depende el éxito y que el cliente se sienta satisfecho. Lo anterior es el reflejo del diario vivir de las organizaciones, toda compañía se rige por procesos, no obstante, esto no garantiza que todas los tengan claros y definidos.

Para que un proceso se ejecute, algunos aspectos del diseño del proceso deben estar alineados y conectados entre s?.

Sin lugar a dudas, el proceso más importante en el fútbol son los jugadores, ya que ellos son los ejecutores del proceso. Cada uno de ellos cumple un rol específico (defensa, volantes, delantero, centrales, etc). Aparte de los jugadores, los procesos necesitan otros facilitadores como un sistema para jugar (workflow), información, equipamiento, balón, etc.

El entrenador del equipo puede tener el rol de administrador del proceso, el siempre está observando el juego y es quien da las indicaciones para la actuación. Su principal indicador es el marcador, no obstante, durante el juego se analizan diferentes tipos de información para saber si el equipo va por el objetivo trazado.

Cuando las cosas no están saliendo bien, el administrador de procesos puede cambiar las cosas e intentar mejorar el proceso durante el juego. Se pueden hacer cambios de jugadores, rotar las posiciones, tomar riesgos, etc.

Lo anterior es la esencia del Business Process Management, ser consciente de que los procesos ocurren es en la cancha de juego y no en los camerinos, el reto está en actuar antes de que terminen los 90 minutos.

Es importante resaltar el rol de los jugadores en el campo (empleados), si ellos conocen el objetivo del proceso, y cuál es su rol dentro de él para mejorar el rendimiento, no es necesario realizar proyectos de mejora; el proceso se mejora durante el juego. No obstante, es importante que siempre está el entrenador para dar las instrucciones.

No tener BPM en las organizaciones es como jugar sin entrenador, el partido carecería de alineación y plan estratégico para lograr el triunfo o los goles tan esperados.

El BPM es el diario vivir de los negocios, para que este funcione es necesario contar con varios roles, destacando entre ellos el de los ejecutores y el del administrador de procesos, sin ellos es imposible que un proyecto salga victorioso.

De allá la importancia para cualquier organización que quiera comenzar con una gestión por procesos, iniciar con educar a sus empleados sobre los conceptos básicos de BPM, de esta forma ellos tendrán claro cómo pueden contribuir en hacer que el proceso sí cumpla con la oferta o promesa de valor para el cliente.

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