En la actualidad, hemos estado escuchando acerca del mejoramiento de procesos, básicamente del concepto de BPM (Business Process Management) como metodología empresarial, cuyo objetivo es mejorar la eficiencia a través de la gestión sistemática de los procesos de negocio que se deben modelar, automatizar, integrar, monitorear y optimizar de forma continua.
En el contexto de mejoramiento de procesos, BPM constituye una de las tendencias en gestión que permite de manera proyectada y colaborativa, manejar sistemáticamente todos los procesos de negocio de una empresa con el fin de aportar visibilidad y transparencia a los directivos sobre la dinámica de sus procesos y posibilita su modificación rápida a través de herramientas tecnológicas.
Pero realmente, ¿cuál ha sido la experiencia con la metodología BPM? Partiendo de que uno de los principales desafíos de las empresas hoy en día es ser ágiles y flexibles para poder adaptarse a los rápidos y continuos movimientos del mercado, a la vez de incrementar su rentabilidad y alcanzar la satisfacción de sus clientes. Para ello, las experiencias de muchas empresas que han implementado BPM (Business Process Management) ha sido beneficiosa, con altos ahorros de costos y reducciones importantes de tiempos, dándose cuenta que esta metodología junto con sus tecnologías de soporte convierte los retos en realidades.
Los procesos y recursos de las empresas deben estar dirigidos bajo una meta estratégica, pero debemos ser capaces de reconocer los cuellos de botella y todas aquellas restricciones que impiden llegar a los objetivos planteados, a su vez, de cómo orquestar los procesos y recursos para alcanzar los retos. Para tener todo este conocimiento de empresa y control de sus procesos, se requiere el apoyo del BPM y sus tecnologías SOA, BPA, BAM y BI.
Como recomendación podemos decir que las empresas deben detectar las necesidades de mejora que impacten de manera directa y que puedan ser intervenidas con BPM, de forma que se realice un análisis de la situación actual del proceso para poder plantear escenarios de mejora optimizados y fijar indicadores claves que permitan medir la eficacia del proceso. Su monitoreo y control permite una mejora continua.
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Lograr condiciones que permitan competir con mayores oportunidades, exige de las empresas desarrollar ventajas competitivas en su forma de operar. La fuente de estas ventajas está en las actividades que desarrolla, por lo que la eficiencia en los procesos de negocio representa un foco de acción para sus directivos?. Para apoyar este objetivo, las herramientas y metodologías para gestión de procesos han venido evolucionando con el paso del tiempo.